En formato de unipersonal la obra se nutre de diferentes lenguajes (teatro, musical, títeres y clown) que la convierten en una propuesta muy dinámica y sorprendente, en la que los recursos se renuevan constantemente:
El teatro: Una obra de autor que cuenta la historia de un estresado y alocado oficinista que va en busca de su destino.
El musical: La banda de sonido de la obra cuenta con un repertorio musical de temas originales como: “Recorriendo nuevos caminos”, “Descansar”, “ Al pie de la letra”, “Canción del lobo”, “Hago lo que quiero”, “Mapa de mi destino”.
El clown: Un estilo de actuación basado en el juego y el humor, sin cuarta pared, en el que el personaje le habla a su público, haciéndolo partícipe de lo que le ocurre en escena.
Títeres: "Marcos", el protagonista de la historia interactúa con otros personajes que son títeres manipulados con diferentes técnicas, como Anita la gusanita, el Dr. Flema, su jefe y una mariposa.
Rutinas físicas: Hay secuencias de acción montadas sobre temas musicales compuestos especialmente para "doblar" lo que sucede, al estilo cine mudo como: “jugando con la mariposa”, “armando la carpa” y “Rutina del mantel”
El diseño de escenografía, utilería y vestuario tiene una estética expresionista, jugando a imprimir una visión (o forma) subjetiva a cada elemento, y convirtiendo al espacio escénico casi en un retablo de títeres de tamaño “humano”, y a Marcos en un títere más.
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